Excesos al sentir, sí, hay días así, en que todo sentimiento y emoción que se abre paso en mi, resulta extremo. Arde, duele y cosquillea al mismo tiempo. No soy clara, lo sé, pero a quien le importa tanta claridad...cuando todo es tan blanco o tan negro pierde…pierde la magia, pierde el calor, así…así como tú.
Hoy me hiciste un regalo…tú, el de siempre. Tú y tus regalos….sin papel y cinta, los que mas aprecio. “A la primera persona” de Alejandro Sanz, tú sabes cuanto me gusta, cuanto adoro sus letras, compartimos tu y yo aquel gusto…(y muchos otros, lo sé) desde que nos conocimos. Solo ayer te decía cuantas ansias tengo de comprar su último disco, pero te adelantaste y me regalaste esa primera canción…y ya sabes, lo que sentí con ella.
Y estoy yo, que hoy también regalé una canción de Sanz, siguiendo con la poca claridad, aún no se bien porque lo hice, creo que fue a modo de respuesta, un modo de responder delicado, suave, cálido, con aroma a dulce de leche, un modo que no merecías, pero que nació.
Una manera muy mía de decir cosas, que quizás no sea comprendida ni apreciada, pero ahí está, navegando por mares de correos, sin tiempo de ser leídos….la letra de una bella canción.
Mientras cosía estrellitas plateadas, flores multicolores y pompones al disfraz de payasita de mi hija (al fin terminado), el Sr. Sanz me cantaba, y…cuando el canta, me vuelvo corazón, me tiño de rojo, mis pétalos se abren, mis piernas tiemblan, mi cuerpo y mi alma sienten lo que mi memoria revive, mi voluntad flaquea….mi molestia se transforma en ternura, y en ese estado de imaginario encanto, nacen mis deseos de decirte ¡Hey!...aquí estoy y te regalo tiempo, todo el que quieras, todo el tiempo que, malhumorado, dices no tener para mi. Te ayudo con tu terrible carga de trabajo, te ayudo a organizar viajes, redacto tus escritos, te hago reír, te regalo mi voz, te lleno de besos, te hago el amor….
Pero, el disco de Sanz termina, la realidad vuelve a ser muy blanca o muy negra, el encanto imaginario desaparece y me veo obligada a dejar de ser magia. Voy a dormir….contigo, pero sin ti.
Hoy me hiciste un regalo…tú, el de siempre. Tú y tus regalos….sin papel y cinta, los que mas aprecio. “A la primera persona” de Alejandro Sanz, tú sabes cuanto me gusta, cuanto adoro sus letras, compartimos tu y yo aquel gusto…(y muchos otros, lo sé) desde que nos conocimos. Solo ayer te decía cuantas ansias tengo de comprar su último disco, pero te adelantaste y me regalaste esa primera canción…y ya sabes, lo que sentí con ella.
Y estoy yo, que hoy también regalé una canción de Sanz, siguiendo con la poca claridad, aún no se bien porque lo hice, creo que fue a modo de respuesta, un modo de responder delicado, suave, cálido, con aroma a dulce de leche, un modo que no merecías, pero que nació.
Una manera muy mía de decir cosas, que quizás no sea comprendida ni apreciada, pero ahí está, navegando por mares de correos, sin tiempo de ser leídos….la letra de una bella canción.
Mientras cosía estrellitas plateadas, flores multicolores y pompones al disfraz de payasita de mi hija (al fin terminado), el Sr. Sanz me cantaba, y…cuando el canta, me vuelvo corazón, me tiño de rojo, mis pétalos se abren, mis piernas tiemblan, mi cuerpo y mi alma sienten lo que mi memoria revive, mi voluntad flaquea….mi molestia se transforma en ternura, y en ese estado de imaginario encanto, nacen mis deseos de decirte ¡Hey!...aquí estoy y te regalo tiempo, todo el que quieras, todo el tiempo que, malhumorado, dices no tener para mi. Te ayudo con tu terrible carga de trabajo, te ayudo a organizar viajes, redacto tus escritos, te hago reír, te regalo mi voz, te lleno de besos, te hago el amor….
Pero, el disco de Sanz termina, la realidad vuelve a ser muy blanca o muy negra, el encanto imaginario desaparece y me veo obligada a dejar de ser magia. Voy a dormir….contigo, pero sin ti.