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Las recaídas nocturnas

Si, mi peor hora del día es esta, cuando todos duermen, cuando todo se vuelve silencio, cuando la risa de mi hija no se escucha, es a esta hora cuando mas te extraño y cuando mas te pienso, durante el día siempre estás ahí, pero son tantas las cosas que debo hacer, es tanta la energía que demanda mi niña, que hay tiempo para sentir tristeza, pero no para dejarla salir, hay ansiedad de escribirte y a veces no aguanto y lo hago, pero en la noche, a estas horas en que tantos pensamientos me agobian, en que tantos sentimientos nublan mi razón, a esta hora, tengo mis peores recaídas, pasan por mi mente miles de palabras, miles de canciones, muchas ventanas de Hotmail, carpetas llenas de correos, tanto amor derrochado en esos correos, tantos “desnudos” en nuestras palabras, era tanto y tan lindo, que cuesta creer que ahora sea esta nuestra situación, o mejor dicho, la mía.

La tristeza me llena el alma esta noche, las lágrimas no aguantan y se dejan caer, corren largamente por mi cara, mojando todo a su paso. No quiero inspirar tu lástima, no, no lo creas, sé que no la sentirás, tampoco creo que al decirte que lloro, vas a correr a contestarme, ya se que no. Sólo tengo que decirlo, mejor dicho tengo que escribirlo, es que no le puedo contar esto a nadie, no tengo con quien hablarlo y las mujeres necesitamos siempre alguien a quien contarle nuestras penas, nuestros amores, las alegrías quizás no tanto, pero las penas, los desamores y las desilusiones…definitivamente sí. Es así como te convierto a ti, justamente a ti, de manera ridícula en mi “mejor amigo”, el mismo que ha provocado este dolor enorme. Eres, aunque en realidad no lo eres, quien me contiene, o será más claro decir, que es tu correo electrónico, el que me contiene, el que me escucha y me lee, porque sin duda tú ya no lo haces.

Como me dueles, en las noches, como me vuelvo todo lágrimas hoy, te confieso que no había llorado, en los días pasados, primero fue mucha rabia, odio por horas, luego fue pena de haber hecho todo mal, de haber echado a perder lo bonito que teníamos, pero ahora último solo siento una profunda tristeza, tu indiferencia absoluta nunca la esperé, pensé en tu molestia, en tu enojo, hasta pensé y creí que no hablar ni escribir entre el Viernes pasado y este Martes, era lógico, comprensible, sabía que la situación te incomodaba mucho, después entendí que te ahogué, me convencí que con quererte tanto yo, era suficiente, después pensé de nuevo, me miré al espejo y me pregunté de frente, ¿de veras lo quieres?, ¿de veras esto te duele?, quise mirarme de frente y ver en mis ojos que no, pero en vez de eso, me encontré demasiado triste, demasiado dolida, no por orgullo, porque eso es lo que nunca he tenido frente a ti, dolida, por que me pasé una película muy bella y me la pasé yo sola. Lo mas triste, es que esta sensación de que teníamos algo “especial”, la sentí desde la primera que te vi. Te imaginas lo triste que es darse cuenta que esa visión nunca fue compartida? No, no debes imaginarlo.

Si yo tuviera otro amigo como tú, te estarías evitando la molestia de seguir recibiendo mis correos, si pudiera sacarme esta tristeza que, a estas horas, me parece infinita y me hace doler el alma…pero no hay ni habrá otro como tú.

La escena y el ambiente son de película…mi cara roja y tapada de lágrimas, mis ojos hinchados, a ratos no veo el teclado y luego tengo que corregir, la caja de pañuelos desechables a mi lado en el escritorio, una lista de mp3 con canciones que nos dimos y que por mas que trato de no escuchar, termino oyendo….lo siento, de veras lo siento mucho, que lata y que rabia molestarte mas con lo que me pasa, pero esto se me hace muy duro, duele mucho, no calza tu actitud, con la imagen que tenía de ti, me equivoqué tanto…que podría tener de malo, que alguien te quisiera así?, que daño podría hacerte el cariño de una mujer a la que no veías, a la que no podías tener cerca?, pienso tantas cosas, quiero parar de escribir, pero no puedo, tengo que sacarme esta tristeza de mierda que me está haciendo daño, porque en el día está controlada y quizás es ese mismo control diurno el que hace que a estas horas estalle la pena, la rabia, el dolor…y el amor, si, estúpido o no…aún el amor.

Debo parar, o mañana tendré los ojos tan hinchados, que cualquiera notará mi pena, aunque la disimule y el dolor de cabeza no me dejará en paz.Te debo algo, eso sí, me has tenido tan absorta en esta tristeza del alma, que hasta he olvidado un poco, el pánico de la hora con el médico y del resultado de…por eso, gracias.

Se que debes sentir que recibir un correo mas, de la que fue “tu princesa”, es un hastío, de hecho una de las cosas que mas me duele, porque se que debe ser así, es la certeza de que ya ni siquiera los lees, pero piensa positivo, podría ser peor si no tuviera el escape del blog, que se ha llevado buena parte de esta tristeza oscura y fría. Sin duda ahora podría escribir un libro, sobre el desamor, pero ya se han escrito tantos…

Me despido, te quiero y te extraño a morir, aunque no debo. Intento odiarte, ignorarte, eso sí, en eso debo poner mi empeño, pero NO ME RESULTA…..amigo, no me resulta.

Yo

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