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Enfrentando los Miedos

El Transantiago tomó Pajaritos a buena velocidad, tengo que llegar al Metro Las Rejas, desde ahí a Los Héroes y luego bajarme en la estación Patronato, caminar cerca de una cuadra y estaré en la Clínica.

A la misma velocidad del bus, van mis pensamientos…”El PAP, salió alterado”, “te debes hacer lo antes posible una colposcopía”, “hay que descartar”, diferentes frases que solo me llevan a una palabra “cancer”. El frío que siento por dentro, se vuelve ligeramente tibio cuando revivo el abrazo de mi hija antes de salir de la casa, “Que te vaya bien mami”, y me tiró muchos besitos desde la reja del jardín. Le hice chao con las manos y el corazón apretado, hasta que ya no la veía, solo notaba sus deditos apoyados en la reja.

En mi cabeza se agolpan ideas, unas mejores que otras, pero la mayoría malas. La ansiedad del resultado del examen, el miedo que tengo al saber que encontrarán y como será el tratamiento, podré quedar estéril?, cosas que de ninguna forma sabré hoy. Repaso mentalmente lo que le encargué a mi mamá de la feria (por si olvidé algo), le pedí especialmente que no le soltara la manito a mi niña. Dentro de la maraña de pensamientos, inquietudes y miedos, surge lo mas importante y a la vez lo mas trivial: no olvidar el “huevito con sorpresa”, que me pidió mi hija.

El bus ya está cerca, cinco minutos más y estoy en La Rejas. Bien, ya veremos, fuerza

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